CIEN PALABRAS PARA LA NOSTALGIA

Cuando me invade la nostalgia, desearía ser una estrella para mirarte de lejos, ser un ave cursando el cielo azul e ir a tu encuentro, navegar los mares vestida de ola y al llegar a tu playa convertirme en espuma, así acariciar y besar tu escultura. Ser un rayo de luz colándose en tu ventana entre sueños descarnados de la vida, reflejando los fantasmas de la espera. Ser ardiente suspiro quemando tus labios y pasión tempestuosa encendida en gemidos, ser el fuego que arde en tu pecho y la ardiente diosa pagana de tu lecho.

CARTA A TU CORAZÓN (Cartas de amor)

La Plata, 31 de Julio de 2008.-



Tierno Corazón


De entre la bruma de mi tristeza, surjo con el alma herida, con verdad
encendida me postro ante mi Señor y con plegaria de amor, suplico
lleguen a ti estas letras. Como alegre ruiseñor te posaste en mi
ventana, con tiernos gorjeos meciste mi alma, tu sonrisa cristalina,
manantial en calma, me arrulló en un ensueño. En el pedestal de
nuestros sueños por un instante fui Diosa, sintiéndome dueña de
todas tus auroras. Me regalaste la luna y las estrellas, me cubriste de
rocío como a una rosa, más hoy mis pétalos están mustios, el ácido
del mal entendido los ha marchitado. Siento muertas las ilusiones,
destrozados los sueños. La ceguera de la incomprensión no permite
ver la fertilidad de la tierra, esa, que comenzamos sembrando con
ilusiones, para mañana recoger los frutos. En el otoño de nuestras
vidas sentimos florecer la primavera, transitando las veredas del
pensamiento, nuestros sueños y corazones, fueron uno solo, así,
reímos, nos emocionamos, vibramos, gemimos. Por un instante, me
volviste a la fe, al amor, dibujaste en mi rostro un paisaje
maravilloso de colores brillantes que lo iluminaban todo. Me
pregunté una y mil veces, ¿Acaso es un sueño? ¿Acaso es realidad?.
Me sentí la bella durmiente, despertada de su letargo por el príncipe
encantado. Arropaste la desnudes de mi alma con tu ternura,
habitando mi corazón baldío. Ya ves, las mariposas no podemos volar
tan lejos y como hojas de otoño, caí arrastrada por los vientos.



Por siempre en mis sueños


Stella Maris

CARTA A LA VIDA

La Plata, Marzo de 2005.-


Hay vida, cuantos momentos me has hecho pasar, digo esto, porque
de eso estas hecha, de momentos. En tu camino, me han tocado muchas
situaciones, en el trayecto, experimente impotencia, broncas,
dolor, alegrías, tristezas, llanto, felicidad, amor, tantos sentimientos.
Sabes, nunca te hice cargos, porque siempre me mostraste los cami-
nos y yo elegí, algunas veces por caprichos me equivoque, otras
por inexperiencia, también he tenido aciertos. Es verdad que muchas
veces me enoje contigo, pero despues entendí que no era tu culpa,
pues si bien, en alguna medida, tenemos el destino marcado, -----
también debo reconocer, que he sido artífice de muchas situaciones,
entonces no tenia derecho a enojarme contigo. Siempre escuche ---
la frase “ES LA VIDA”, pero analisandola, siento que no es así,
somos nosotros quienes complicamos las cosas, por nuestras intole-
rancias, inseguridades, rencores, odios, fíjate que nunca decimos
gracias cuando somos felices, siempre nos acordamos de ti ----
cuando algo triste nos sucede. Que equivocados estamos, muchas
veces creemos que vivir, es abrir los ojos cada mañana, entiendo,
es mucho mas que eso. Cada que he tenido alguna falla, nunca te
pedí que me dieras una nueva oportunidad, siempre fui yo la que
te dio esa oportunidad, no fue soberbia, sencillamente porque tu
cada día me abrís un abanico de posibilidades y soy yo la que elije
que atajo tomar, muchas veces por ansiedad escogemos el mas corto
que no siempre es el mejor. No te estoy haciendo cargo de nada, por
el contrario, sin que me de cuenta, me has dado segundas oportuni-
dades, algunas veces las supe aprovechar, otras me volví a --------
equivocar, y acá estoy, agradeciéndote, porque en este ejercicio
de transitar por tus caminos he aprendido mucho, me has hecho
crecer y madurar, me diste la posibilidad de intentar ser mejor ---
cada dia. Todavía me queda mucho por recorrer, recién estoy a la
altura del km, bueno vos sabes, por coquetería no lo voy a decir,
solo quiero que sepas, que el tramo que me resta hasta el final
intentare hacerlo honrándote, tratando de ser mejor dentro
de mis limitaciones y sobre todas las cosas rindiendo mis exámenes,
para que no me queden asignaturas pendiente, sin claudicar en el
intento. Para despedirme, solo me resta decirte, que con tus mas,
tus menos y con todos tus misterios, eres hermosa, mereces ser
disfrutada, porque eres un milagro y por mas tinieblas que tengamos
no hay nada mas maravilloso que tu. El dia que este frente a la
recta final, me gustaría poder decirte....Vida, nada me debes
nada te debo, estamos en paz.

DULCE AMOR (Cartas de amor)

La Plata, 1 de Agosto de 2008.-


Mi dulce amor, el hechizo de tu voz rompió los cristales de mi silencio, abriendo las compuertas de mi alma, dejando un oasis de ternura. Fue el instante en que sentí crecer un río de sentimientos corriendo por mis venas, acelerando los latidos de este solitario corazón. Descubrí que nuevamente la vida fluía en todo mí ser. Aparecieron ante mis ojos nuevas auroras, desbordando todas mis ansias, anhelos, sueños e ilusiones. Supe, serías el labrador que venia a cultivar este jardín, aún deseoso de dar bellas flores para aromar la vida. Con gotas de dulzura fuiste alimentando la rosa de este amor, así, sin darme cuenta, como una enredadera te trepaste a mi alma, allí estas, eres el habitante de mis sueños. Asfaltaste las veredas de mis pensamientos, para quedarte a vivir en ellos. Allí estas, como si fueras escultor tallándome nuevas sonrisas cada mañana, cincelando con ternura brillantes estrellas en mis ojos. Eres como el mar, me meces con suave oleaje, me acaricias con los belfos de la espuma y desatas un tsunami de pasiones. ¿Ves amor, porque me siento un oasis, una rosa, una diosa y una sirena? Porque es lo que me haces sentir.


Te quiero


Stella Maris

AMADO QUIJOTE (Telegrama 120 palabras)

Mi amado Quijote, cambiaria mi otoño por ser primavera, llegar a tu regazo, me ames por vez primera, con la frescura de la hierva naciente y la seguridad de tu experiencia. Es una quimera, nada de eso puedo cambiar, tampoco puedo apagar el fuego que incinera mis entrañas, trepándose como enredadera obnubilándome la razón. Quizás no sepas, que este huerto no ha vuelto a ser fecundado desde que lo hicieras tu, así guardé la tierra que sentí tuya. Se que tu corazón, como el vino de tus venas se han llenado de vida con la brisa de una refrescante primavera, tus mariposas despertaron a una nueva aurora. Amado Quijote, ve tras ese nuevo horizonte, mi corazón necesita saberte feliz. Dulcinea

TU VOZ

He conocido un hombre a través del teléfono. Mitad real, mitad imaginado Un hombre con corazón de arco iris, con voz de miel y puerto en calma. He sentido su risa cristalina como hojas de lluvia,he conocido el vértigo de sentir que podemos cambiar el mundo y ser peregrino de sus planetas. He mirado el mar en sus palabras mientras imaginaba la asimetría de su rostro y la profundidad de su mirada. Hice estatuas de madera cuando su voz me recorría con todos los matices, mientras percibía en su palabra el olor marino que invade, cuando nos sorprende la lluvia en la terraza.

PÁGINAS DE MALANCOLIA

Sumergida en el ocaso, me envuelven los colores del sol cuando se duerme, allí sobre el horizonte, se dibujan los recuerdos vistiéndose mi alma de nostalgias. Como pájaro herido de muerte aparecen ante mis ojos las imágenes de tiempos idos, secuencias cinematográficas, ¡ya no duele! Ya no importa saber que no me ama. Tal vez, ya no le importe saber que no lo quiero. Inútil es transitar el mismo camino para caer en las hondonadas del valle de llantos y preguntas mudas. Retomar la senda, demasiado pesada es la cruz ¿Olvidar? ¡Nunca! Viviré para bellos recuerdos. Mi cofre secreto.
Fue un presente perdido vagando en el silencio. Ya no me importa saber que no me ama ¡me conforma saber que lo amé! Que lo estreché en mis brazos sintiéndolo mío, como míos fueron sus besos, sus caricias, sus latidos. Como mías fueron sus páginas blancas, letal melancolía, borradas por el viento inclemente de su olvido. ¡Inútil y tarde es volver al mismo camino! Golondrinas errantes, prosigamos el vuelo. Me enardece el cruel pensamiento de encontrarlo en algún recodo de este largo camino. Encontrarlo y hechizarme ante sus ojos, como ascuas resplandecientes que permanecen encendidos. Fuertes manos floreciendo ante la caricia perdida y el loco fuego de sus besos. ¡No!: ¡no lo quiero! ¿Qué sentido tiene pensar en lo triste que puede ser estar un día juntos, pero al mismo tiempo, demasiado lejos? Quizá soy la culpable del cansancio y hastío de su cariño, le causé dolores, le causé pesares, ¡Amándolo tanto! Me perturban la conciencia, tantos interrogantes, ¿y si fuera él el culpable del error? O Tal vez, ambos por igual, ya no seguiré buscando respuestas mudas, ni buscaré como antes, una sonrisa, una mirada, una palabra. Me contento con un beso flotando en el recuerdo. Si volviera a encontrarlo, ya no habrá ese fuego ardiente que un día nos envolvió, sólo cenizas que el tiempo guarda. Ya no verá correr por mis mejillas esas lágrimas, a veces sensibles, otras rebeldes. ¡No será él, el causante de mis lágrimas si las derramo, tampoco del loco palpitar de mi corazón! Temo encontrarlo, aunque siempre lo hallaré, mil veces lo hallaré, en la música, en la brisa, en mis sueños. Siempre estará conmigo, marchará conmigo, será mi compañero, mi sombra en el camino. Si la angustia que se ha apoderado de mi pecho, es por él ¡que así sea!, pero jamás he de darle mi cariño.
¿Rencor?, ¿egoísmo?, no tengo: sólo es cansancio de un corazón triste y destrozado. Prefiero, aunque sufra, vivir para un bello recuerdo. Somos distintos, golondrinas errantes, cuyo vuelo se ha perdido en el tempestuoso cielo.